Presentación
Pocas noticias han despertado tanta ilusión en la organización de este festival como la presentación del esperado Décimo Aniversario, tras una necesaria pausa a la espera de una situación más estable respecto a la pandemia. Ha sido una etapa difícil para toda la población y en especial para el sector artístico que, sin lugar a dudas, ha sido uno de los más perjudicados. Quisiéramos agradecer públicamente la comprensión de todos los grupos, de sus directores/as y componentes, y reiterar que, en la medida de nuestras posibilidades, iremos compensando las distintas cancelaciones que se tuvieron que realizar.
Como decíamos anteriormente ¡nos encontramos de celebración! Diez maravillosos años de festival con conciertos de todo tipo, cursos, conferencias, exposiciones, colaboraciones didácticas y cientos de anécdotas, experiencias, recuerdos que habitarán para siempre en nuestra memoria. Y aunque nosotros seamos los primeros en haber defendido la importancia y trascendencia de un festival de estas características, nos sigue visitando la pregunta de por qué la «llamada» música antigua despierta tanto interés en el gran público. Quizá sea la eterna necesidad del ser humano de evadirse de su realidad cotidiana, acudiendo a la ciencia ficción, la fantasía, o la vanguardia artística en general, o bien acudiendo a las novelas históricas, las series, películas o a la música antigua. Ciertamente, el pasado lejano encierra misterios, secretos, enigmas aún por descifrar que lo vuelven poderosamente atractivo, incluso para los investigadores y especialistas. Recrear músicas tan remotas con réplicas de los instrumentos que se usaron en su momento añade un poderoso componente exótico y una experiencia verdaderamente única, si los tienes a muy pocos metros de distancia y son interpretados por los mejores especialistas en la materia.
La predisposición es un elemento fundamental para que una obra de arte pueda transmitir todas las emociones que encierra en su interior. En nuestro caso, si somos capaces de sumergirnos completamente en el concierto de música antigua, éste puede pasar a ser un auténtico viaje en el tiempo, como si se abriera una ventana y echásemos un vistazo a una época pretérita: un espacio de duración limitada donde poder apreciar, por ejemplo, el Renacimiento español. Pero tranquilos, no hay que preocuparse porque se cierre al final del concierto, ya que cada día del festival se abre una nueva ventana temporal.
Como sucede en cualquier viaje a un lugar remoto, el primer contacto con lo desconocido es el más impactante. Todo comienza con el acceso del público al Castillo de Santa Ana, admirando su arquitectura, sus columnas, el patio… por lo que hemos metido un pie en el pasado. Los asistentes toman asiento, echan un vistazo a sus teléfonos móviles, comentan con sus acompañantes la noticia de última hora que acaban de leer… por lo que aún siguen con el otro pie en el siglo XXI. Entonces las luces se apagan, las conversaciones también, se aguzan los sentidos. Nos encontramos en una fase fundamental en el arranque de nuestra travesía, como si estuviéramos encendiendo el DeLorean, activando su condensador de fluzo, añadiendo con precaución las coordenadas temporales exactas. El grupo especialista en revivir músicas antiguas sube al escenario y una explosión de aplausos recuerda al estruendo de los cohetes al despegar, que, acto seguido, cesa bruscamente al alcanzar la velocidad necesaria y surge el silencio más profundo jamás escuchado. ¿Cómo sonarán los instrumentos que llevan en sus manos? A continuación llega el momento mágico de la noche, el primer contacto con el lugar de destino: los primeros sonidos inundan el castillo y, automáticamente, lo cambian de siglo.
Esperamos que disfruten con todos los «viajes en el tiempo» que hemos programado para este Décimo Aniversario. Olvídense por unos días de la intensa actualidad que nos acompaña durante todo el año y disfrutemos juntos de una edición muy especial del festival. Y antes de poner rumbo a nuestro primer destino… quisiéramos aclararles que, como dijo Doc (Dr. Emmett Brown) en Regreso al Futuro, «¿Carreteras? A donde vamos, no necesitamos carreteras».
La Organización del Festival.
Juan José Salvador
Concejal de Educación, Cultura y Juventud